31 julio

El primer día en el Valle

Despertamos a las 8 horas después de pasar nuestra primera noche en Santiago. Cada uno de nosotros mantuvo su propia pelea con la temperatura del agua de la ducha, pero al ver  lo que nos esperaba para desayunar se nos pasaron todos los temblores. Nuestro anfitrión el P. Justo había preparado ¡una gran cantidad de churros con chocolate! Estaban riquísimos y en poco tiempo no quedó ni uno.



Acabado el delicioso desayuno pusimos rumbo a las dos primeras visitas de veredas en el Putumayo. Por caminos de tierra rodeados de una salvaje naturaleza se accede a las diferentes veredas de origen Inga que se ubican en las proximidades de Santiago, en el valle de Sibundoy. La primera parada fue en la vereda de Cascajos, donde visitamos el colegio, sus estudiantes y familiares que nos prepararon una calurosa bienvenida. Charlamos, cantamos y jugamos con todos ellos y ellas, finalizado el encuentro compartimos una taza de chocolate y un delicioso pan con queso. 






El tiempo se nos echaba encima y fuimos a paso ligero hasta la siguiente vereda, Fuisanoy, a unos veinte minutos de donde estábamos. Al llegar los alumnos de este colegio también nos estaban esperando, y echas las presentaciones de rigor compartimos un agradable rato. Este segundo colegio nos llamó la atención porqué es bilingüe, es decir, trabaja para mantener viva la cultura y lengua propia indígena del valle, el inga.



Al acabar la visita el padre de Oscar, nuestro compañero seminarista de Medellín, que vive justo al lado del colegio dónde nos encontrábamos tuvo la amabilidad de invitarnos a comer una deliciosa trucha en su humilde casa de Fuisanoy.



No hubo tiempo para más, acabado el almuerzo pusimos rumbo a Santiago para inaugurar el campeonato de futbol organizado por la ONG Manyanet Solidari. Fue una espectacular apertura. Un desfile por el pueblo con todos los equipos participantes acompañados de la banda municipal fue el comienzo idóneo para iniciar un torneo en el que la participación tenía mucho que ganar y poco que perder.







Una vez realizados los partidos inaugurales y ya anocheciendo nuestro querido amigo Willian Álvarez “Chucho” nos invitó a una cena en su casa para celebrar la bendición de la misma. Y que grata sorpresa!! Para cenar teníamos un delicioso aperitivo acompañado de un plato local que a todos ya nos era familiar, Cui! Esa cobaya tan nombrada de difícil ingestión.


Aprovechando la coincidencia de las fiestas patronales de Santiago unos bailes en la plaza del pueblo agotaron la energía que nos restaba, y decidimos ir a pasar nuestra segunda noche sobre el paisaje seductor del  Ande Nariñense. 

Atentamente.

Manel Parra

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